Terapia de Trauma

Duración: 90 minutos primer sesión

60 minutos sesiones de seguimiento

La mayoría de las personas hemos experimentado en nuestra vida eventos traumáticos, como accidentes, eventos violentos, desastres naturales, abuso y otros eventos donde nos hemos visto generalmente rebasados por la situación y hemos entrado en un estado de supervivencia, los traumas que no han podido ser procesados y sanados se instalan en nosotros conduciéndonos a problemas de salud crónicos, expresados como ansiedad, problemas para dormir, agotamiento psicológico, revivir constantemente el evento y activando constantemente mecanismos de defensa que nos impiden sentirnos seguros, entre otros síntomas, es así que el trauma no tratado va consumiendo nuestra salud mental, física y emocional disminuyendo nuestra calidad de vida.

Ya sea que tengas presente el evento traumático que te gustaría tratar o se encuentre oculto expresándose en otros síntomas, en estas sesiones nos adentraremos a través de la terapia de trauma a identificar y desglosar esos eventos críticos con el objetivo de procesar la información y reeditar las memorias sobre los mismos, condiciéndonos hacia una resolución adaptativa que nos permita desactivar la respuesta emocional como el miedo o ansiedad por ejemplo y de paso a una respuesta regulada como la que habría ante cualquier otro evento.

El Dr. Bessel Van Der Kolk en su libro el cuerpo lleva la cuenta nos dice que El cuerpo es el primero en registrar un evento traumático y el ultimo en dejarlo ir, por lo que realizamos un abordaje integral sumando a la terapia de trauma el apoyo de herramientas como las Meditaciones activas y las terapias de liberación emocional en el área psicocorporal con el propósito de liberar el trauma guardado en el cuerpo.

Por años estuve asistiendo a psicólogos, consejeros y hasta un psiquiatra. Después de una valoración con un psiquiatra fui diagnosticada con depresión crónica y bipolaridad II. Por muchos años viví un infierno y entre terapias y medicamentos logré sobrellevar todos mis trastornos emocionales, pero jamás logré sentirme totalmente libre hasta que por medio de una amiga supe de Kamil, siempre he dicho que es un ángel en la tierra que Dios me mandó para rescatarme. Tengo aproximadamente 2 años en terapia con Kamil, y desde la primera sesión pude sentir un gran alivio, fue un peso que poco a poco se fue haciendo más liviano y desde esa primera sesión mi vida empezó a cambiar, no solo lo noté yo en la primera sesión, pero al cabo de un par de meses mis hijos empezaron a notar los cambios también, después mis amigos más cercanos y compañeros de trabajo. Al principio eran sesiones de una hora una vez por semana, y ahora es una sesión una vez al mes. Sin embargo, esta increíble mujer y excelente ser humano ha logrado lo que por años (más de 10 años) no lograron otros, Podría escribir un libro contando todas las áreas de mi vida en las que Kamli me ha ayudado a sanar. No tengo suficientes palabras para expresar mi agradecimiento y gratitud a Dios por poner a Kamli en el camino de mi sanación.

Norma, Austin.TX

La Migración ya sea de forma voluntaria o forzada, implica una serie de desafíos emocionales, psicológicos y sociales que pueden tener consecuencias profundas en la salud física y mental de los migrantes. Uno de los principales impactos de la migración en la salud mental es el trauma asociado a la separación y el desarraigo. Según el psiquiatra y psicoanalista Ingles John Bowlby y su teoría del apego, la separación de figuras de apego, como la familia y la comunidad, puede causar una profunda sensación de pérdida y abandono, especialmente en los niños. Esta separación no solo implica la pérdida de la seguridad emocional que proporcionan estos vínculos, sino también la pérdida del sentido de pertenencia, que es crucial para el bienestar emocional.

De acuerdo al trabajo del Dr. Bessel van der Kolk. el desarraigo asociado con la migración puede desencadenar respuestas de estrés postraumático (TEPT), particularmente cuando el proceso migratorio implica violencia, persecución o condiciones de vida extremas. La pérdida de hogar, el enfrentamiento con una nueva cultura, y la sensación de alienación en un nuevo entorno pueden activar recuerdos traumáticos, generando una respuesta de lucha, huida o congelación en el individuo.

La migración voluntaria por su parte también puede ser traumática, especialmente cuando el migrante se enfrenta a expectativas no cumplidas, como el choque cultural o la barrera del idioma. Estos factores pueden intensificar la sensación de alienación y desencadenar un estado de estrés crónico que afecta la salud física y mental de manera significativa.

Cuando se viene de una familia de Migrantes

El trauma Migratorio puede transmitirse de generación en generación, afectando a los descendientes de la familia que no necesariamente experimentaron directamente la Migración, a esto se le ha dado el nombre de Trauma intergeneracional, el cual puede dejar una huella emocional profunda perpetuando el dolor y la lucha de generación en generación, así como actitudes, creencias y comportamientos muchas veces no adaptativos.

Que hacer frente a este escenario

La intervención temprana es crucial para mitigar el impacto de la migración en la salud física y mental. La terapia tanto individual como grupal apoya significativamente el proceso migratorio, mientras que la creación de redes de apoyo comunitario es fundamental para la integración y el bienestar emocional de los migrantes.

La integración de prácticas espirituales y religiosas puede ser además un recurso valioso en el proceso de sanación. Ram Das y Miranda Gray han trabajado en cómo la espiritualidad puede ofrecer consuelo y una sensación de conexión más allá del contexto cultural. Las prácticas como la meditación, la oración y los rituales pueden ayudar a los migrantes a procesar el trauma y encontrar un sentido de paz y propósito.

¿Has considerado la migración como un evento traumático?

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“Estar traumatizado no es sólo una cuestión de estar estancado en el pasado; es también un problema de no estar completamente vivo en el presente”.

Dr. Bessel A. van der Kolk